domingo, 29 de marzo de 2009

¡Solo existen 9 retenidos por concepto de la ley 002! - Carta del Secretariado a Colombianos y Colombianas por la PAZ


Senadora
PIEDAD CÓRDOBA
Bogotá.

Reciban el saludo cordial de las guerrilleras y guerrilleros de las FARC-EP.
El diálogo epistolar sobre el problema de la guerra y la paz, reúne cada día a más y más colombianos, y suscita la adhesión de las más variadas organizaciones y personalidades del mundo, bajo la certeza del carácter político que reviste la confrontación.

Estamos seguros que la reciente liberación unilateral de seis prisioneros a instancias de su importante gestión, estimula el esfuerzo colectivo que busca la solución al inmenso drama que vive Colombia. Colombianas y Colombianos por la Paz está haciendo renacer la esperanza de un país que siente en lo profundo de su ser nacional que nuestro destino histórico no puede ser la guerra civil ni tampoco el sometimiento indefinido a un régimen corrupto e injusto, eminentemente militarista, guardián de intereses políticos y económicos de una minoría oligárquica y de una élite privilegiada, antidemocrática, excluyente socialmente, sorda a las angustias de las mayorías nacionales e insensible ante los reclamos y necesidades de la gente humilde. En las FARC-EP estamos convencidos que otra Colombia es posible y que se pueden forjar entre todos, alternativas políticas hacia la elaboración del proyecto de una nueva sociedad más equilibrada, incluyente y justa.

Quisiéramos reiterarles que estamos listos para el canje de prisioneros de guerra y en disposición de no hacer del lugar de diálogo un obstáculo insalvable, privilegiando la libertad de los prisioneros en poder de las partes contendientes.

Para nuestros voceros Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada y Fabián Ramírez reclamamos garantías efectivas, consignadas en protocolos acordados con nosotros, que definan condiciones de modo, tiempo y lugar, y publicitados con suficiente anticipación. Se hace necesario que además del acompañamiento de CPP también exista una veeduría de la comunidad internacional.
Estas exigencias no son un capricho. Ustedes y todo el país presenciaron las provocaciones y el riesgo real que rodearon y casi frustran la liberación unilateral de los cuatro uniformados, de Alan Jara y Sigifredo López que nos releva de referirles innumerables situaciones anteriores de idéntica factura y concepción.

En su misiva nos piden regresar al tema de las retenciones económicas, sobre el que ya les reflexionamos anteriormente con toda franqueza. Sucede que el gobierno, en aras de su lucha contrainsurgente, impulsa una matriz de opinión artificial y mentirosa en busca de un efecto en la población, deliberadamente falaz y manipulador.

Las cifras oficiales insisten, a través de una campaña machacona, que las FARC tendrían en su poder a más de 3.800 retenidos por razones económicas. Hemos consultado con todas nuestras estructuras político-militares desplegadas en el territorio nacional y podemos informar, que a la fecha, bajo responsabilidad de las FARC-EP, solo existen 9 retenidos por concepto de la ley 002.
El militarismo a ultranza y la desinformación que distingue a este gobierno ha intoxicado con su reconocida perfidia el asunto. Recordamos que en la carta anterior enumeramos el universo de los actores que en Colombia, practican esta modalidad.

Queremos insistirles en la importancia de mantener vigente la bandera de libertad para los presos políticos, la mayoría de ellos víctimas de montajes no ajenos a la estrategia gubernamental de disuasión a cualquier intento de proyecto de alternativa y opción política, así como también a no dejar apagar la lucha sobre esos crímenes oficiales y sistemáticos publicitados como "falsos positivos", las desapariciones forzadas y los desplazamientos que hoy estremecen a la opinión mundial.

Estamos analizando las propuestas de la senadora Piedad Córdoba encaminadas a dinamizar el camino hacia la paz con justicia social, y en este marco anunciamos el compromiso de enviar, cuando tengamos condiciones propicias, pruebas de supervivencia de los 20 militares y policías prisioneros, a sus familiares.

En atención a esa misma solicitud, los restos del mayor Guevara serán entregados a su madre en fecha y lugar que indicaremos más adelante cuando la situación de orden público lo permita, a la vez que elevamos la solicitud a Colombianas y Colombianos por la Paz a exigir del gobierno nacional la entrega de los cadáveres de los comandantes Raúl Reyes e Iván Ríos a sus familiares.

De ustedes, atentamente:

Secretariado del Estado Mayor Central, FARC-EP

Montañas de Colombia, marzo 28 de 2009

jueves, 26 de marzo de 2009

lunes, 23 de marzo de 2009

¡Las colosales cualidades revolucionarias de Manuel Marulanda Vélez son patrimonio de las FARC- EP y de todos los pueblos del mundo!

Homenaje al legendario Comandante Manuel Marulanda Vélez...



Camaradas del Estado Mayor Central, direcciones de Bloques, Comandos Conjuntos, Frentes, Columnas, Compañías, Guerrillas y Escuadras; guerrilleras y guerrilleros, Sandra e hijos, PCCC, milicias Bolivarianas y Populares, movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y al pueblo Colombiano les decimos hoy que a un año de la desaparición física del Comandante Manuel Marulanda Vélez las FARC- EP seguimos adelante desarrollando el plan estratégico, guiados por todos los documentos que han producido las 9 conferencias nacionales de guerrilleros, plenos del Estado Mayor Central y su Secretariado en 44 años de confrontación política militar con el estado colombiano, su régimen oligárquico y excluyente, amamantado y dirigido por el imperio.

La vida revolucionaria de Bolívar, Jacobo y Manuel, son ejemplo a seguir, por su amor al pueblo y lucha permanente contra los esclavistas, capitalistas e imperialistas que son los que engañan, eliminan, desaparecen, invaden y se alimentan con la sabia de los pobres del mundo. Organizadores de ejércitos, conductores populares sin igual, persistentes hasta los últimos días de sus vidas.

El legendario Comandante Manuel Marulanda Vélez con sus compañeros de dirección dejo todo organizado, estatuido, reglamentado, normatizado y las líneas generales para hacer realidad nuestro proyecto revolucionario.

En todos los eventos donde él participo, siempre nos inculcó la lucha por la paz con justicia social y soberanía, la dignidad de ser guerrilleros donde reina la fraternidad, solidaridad, persistencia, lealtad, austeridad, verdad, honradez, sencillez, modestia, capacidad física y moral para enfrentar todas las dificultades sin vacilación de la vida guerrillera, ni el más intenso dolor, hambre, sueño y cansancio nos doblega, así fue la intensa vida de nuestro comandante Marulanda, con firmeza enfrentó a la cabeza de sus camaradas a enemigos poderosos, políticos militares y siempre salió triunfante, su pensamiento es el de las FARC EP, por esa razón, el Estado Mayor Central, el Secretariado y toda la guerrillerada estamos unidos, cohesionados actuando sobre lo ya elaborado que es nuestra línea política militar, la vamos actualizando a la luz del Marxismo leninismo de acuerdo a la realidad Colombiana.

Nuestra gran tarea es contribuir en la organización del pueblo y entre todos acabar las causas que han generado las desigualdades sociales y la violencia estatal contra los humildes de nuestra patria.

Las colosales cualidades revolucionarias de Manuel Marulanda Vélez son patrimonio de las FARC- EP y de todos los pueblos del mundo, 60 años luchando en diversas formas por la vida y el bienestar común, con un desprendimiento total de la propiedad privada, siempre marcho a la vanguardia de sus camaradas, jefe indiscutible, con enorme capacidad y don de mando, solo su presencia repleta de autoridad moral era suficiente para resolver las grandes dificultades de los momentos críticos que hemos tenido en nuestros 44 años de existencia.

Es por eso que las FARC- EP nunca desfallecemos, somos fieles a lo que entre todos hemos planificado.


Cuando él se marcho de la vida, de inmediato nos reorganizamos, designamos comandante del Estado Mayor Central al comandante Alfonso Cano, distribuimos entre todos las distintas responsabilidades, completamos el Estado Mayor Central y reajustamos las diversas direcciones que existen en este ejército guerrillero e irregular.

Todo el Secretariado en cabeza del comandante en Jefe Alfonso Cano dirigimos a las FARC- EP en dirección colectiva, con base a la línea que tenemos, aquí lo que hay es dedicación al trabajo revolucionario. Es que todo está armado, falta es que la mayoría del Pueblo Colombiano se una a nuestra plataforma, al movimiento Bolivariano y todo lo que hemos proyectado, así no dan un brinco los paramilitares de la casa de Nariño, la oligarquía genocida la llamamos a juicio e instauramos un gobierno de reconstrucción y reconciliación nacional.

En Colombia continúan madurándose con celeridad las causas objetivas que reclaman transformaciones revolucionarias, pero hace falta desarrollar a plenitud los factores subjetivos. Así, no habrá ni oligarquía ni imperio que valga.

El mejor homenaje que podemos rendir a nuestro comandante en jefe es el crecimiento en todo orden, educación y combatividad de las FARC-EP, milicias Bolivarianas y Populares, el PCCC, movimiento Bolivariano y organizaciones populares.

Todos juntos con el pensamiento de Manuel, Jacobo, Raúl Reyes, Nariño e Iván ríos, Adán Izquierdo llegamos al poder.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC EP.

Montañas de Colombia. Marzo 23 del 2009.

Señores Oficiales y Sub-oficiales del ejército y la policía retenidos por las FARC-EP como prisioneros de guerra







Carta a los prisioneros de guerra!






Cordial saludo



La presente tiene por objeto, darles a conocer algunas opiniones de los guerrilleros que integramos las FARC-EP y escuchar las de ustedes:

Ante todo, déjennos decirles que ustedes, en lo personal no son nuestros enemigos, pues no escapa a nuestra comprensión la situación personal y familiar que atraviesan, como la de centenares de guerrilleros presos actualmente en distintas cárceles, en su condición de prisioneros de guerra, porque esta guerra ha tocado muy hondo el alma de todos los colombianos.

No hay pues, nada personal en esto. Tal vez ni nos conocíamos, y a lo mejor, en otras circunstancias, hasta pudiéramos haber sido amigos, pues somos compatriotas; solo que hasta ahora, estamos enfrentados, porque militamos en bandos diferentes y defendemos intereses opuestos en esta guerra que le han declarado los distintos gobiernos de la oligarquía al pueblo colombiano. En nuestra opinión, ustedes están defendiendo unas instituciones corruptas y a una clase dirigente, responsable de las peores tragedias de nuestro pueblo, y con eso creen estar defendiendo la patria. Y en su opinión, seguramente nosotros merecemos los peores epítetos, pues estamos subvirtiendo el orden público que a ustedes les obligan defender.

Paradójicamente ustedes y nosotros pertenecemos a la misma clase social, y, junto a una inmensa mayoría de colombianos, padecemos las consecuencias de una política antipopular y despiadada contra los intereses de las mayorías, practicada por los sucesivos gobiernos que representan los intereses de las clases dominantes. Los invitamos a reflexionar sobre los siguientes puntos:

Colombia, a pesar de ser una nación privilegiada en recursos naturales y humanos tiene uno de los índices más altos de pobreza, corrupción, represión y desigualdad que hay en el mundo. A eso hemos llegado, porque la casta política en el poder, plutocrática y latifundista, ha sido incapaz de resolver la condición de miseria y desigualdad que vive el país, porque su mezquindad ha impedido la construcción de un proyecto de nación en que quepamos todos, que unifique el sentimiento patriótico y recoja los anhelos de igualdad, soberanía y dignidad que nos legaron los fundadores de esta nación y los verdaderos padres de la patria.

En vez de eso, lo que tenemos es un país en el que una inmensa masa de ciudadanos trabaja, sufre y padece, al servicio de una pequeña cúpula de privilegiados, políticos corruptos, mafiosos, banqueros desalmados, terratenientes retrógrados y, codiciosos empresarios, ligados al capital extranjero.

Para garantizar sus privilegios y mantener intacto todo ese injusto estado de cosas, quienes detentan el poder, le han cambiado el carácter y la naturaleza a las fuerzas armadas de la nación, cuya razón de ser, según el apotegma que nos legara el libertador, es la defensa de la vida y honra de todos los colombianos, así como de la soberanía patria, para trocarlo en un vergonzoso instrumento clasista de represión contra sus propios hermanos Nacionales, y defensoras a ultranza de intereses extranjeros y de la élite en el poder, al extremo de llegar a considerar a sus propios hermanos nacionales como enemigos a vencer en una "Guerra interna".

Como expertos sofistas han hecho repetir hasta volverlo artículo de fe, que este ejército manchado de sangre del pueblo y paramilitar que tenemos, es dizque la encarnación de la patria. Obrar con "patriotismo" sería, entonces, defender los intereses y los valores de las clases dominantes.

La patria, en la acepción oligárquica, son las clases dominantes, lo que ellas poseen y lo que las representa. Obrar con patriotismo seria entonces, defender los intereses y la escala de valores de las clases en el poder. La oligarquía confunde la patria con su capital. Por eso, cuando a la fuerza pública le toca intervenir en un conflicto laboral, van derecho a reprimir a los obreros o a los campesinos. Nunca a los patrones.

Con las Manifestaciones pasa lo mismo. En ocasiones, infiltran provocadores, y cuando se crea el pretexto, están listos a aplastar con violencia la protesta. Pero, si se trata de un reclamo que está organizado por la burguesía, saben que no pueden reprimir. La fuerza pública ha sido educada para hacer esta distinción, soldados y policías saben, sin que se lo repitan, que con los de arriba no hay que meterse, o mejor, que les deben sumisión y respeto, hagan lo que hagan. Se ha llegado hasta el extremo de afirmar que tal ejército clasista es la encarnación de la "patria". Y por el camino de estos exabruptos hemos llegado a ver la "patria" dizque "encarnada" en personajes siniestros, verdaderos truhanes como Rito Alejo del Rio, Iván Ramírez o Mario Montoya y hasta por Uribe y Juan Manuel Santos.

Así pues, el mito de que tenemos un ejército "nacional", que nada tendría que ver con intereses de clase o partidistas, y que solo estaría comprometido con "la patria" es una fábula que se cae sola, pues está más que comprobada la participación directa de la fuerza pública en masacres y asesinatos contra la gente humilde. El escándalo de los mal llamados "falsos positivos" no es más que la punta del iceberg de un genocidio contra el pueblo que se viene cometiendo hace décadas. Está probada su complicidad con los crímenes de los paramilitares para permitirles impunemente la apropiación de tierras.

Desde luego, esta realidad no va a desaparecer con "explicaciones" cínicas, que pretenden tapar la política delictiva de las fuerzas armadas con el "argumento" de que se trata de "casos aislados". Miles de casos comprobados conspiran contra esta falacia.

En contraposición, para nosotros y la mayoría de colombianos la patria es ante todo, el territorio de la Nación, con su biodiversidad y con sus riquezas naturales. La patria es también la población y la cultura, que con sus manos y su inteligencia han creado las gentes de nuestro pueblo. De tal modo que los 45 millones de colombianos somos parte integrante de la patria. Por eso, cuando las cifras hablan de 34 millones de compatriotas viviendo en la pobreza absoluta, es la patria la que esta empobrecida. Y cuando hay millones de compatriotas que viven en tugurios, es la patria la que no tiene techo. ¿Y los miles que mueren por falta de asistencia médica? ¿Y los niños que se quedan sin escuela? ¿Y los millones de campesinos desplazados por el terror oficial y paramilitar? ¿Será que esos no hacen parte de la patria?

Por eso decimos que ceder la dirección del Ejército al Pentágono o convertir la Policía en apéndice de la DEA o entregarle el petróleo, el carbón o nuestra biodiversidad, etc., a compañías extranjeras, son actos antipatrióticos y los que lo hacen, auténticos apátridas. No estamos inventando nada. Desde sus orígenes, Colombia es un país que ha sido gobernado por sus clases dominantes bajo la retrógrada divisa de: A sangre y fuego.

La violencia ha sido el modus operandi de nuestros gobernantes. Las llamadas "guerras civiles" en el siglo XIX se sucedieron una tras otra, impuestas a capricho de uno y otro gamonal, con una regularidad casi natural. Pero, fue a partir de los gobiernos del conservador Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez (1946-1953), cuando esa violencia asumió formas dantescas.

Los chulavitas y los pájaros sembraron de muerte todo el territorio nacional. La destrucción total de pueblos y veredas, el desplazamiento forzado de miles de campesinos, el imperio del miedo en las ciudades y la violencia, fue como un huracán que lo asolaba todo y no dejaba nada a su paso. Jamás ha habido en nuestra patria democracia real, porque un Estado que hace de la violencia, el asesinato sistemático de sus opositores y de la impunidad, su principal ejercicio político, jamás podrá ser democrático. Así fue como llegamos a esta guerra que libramos actualmente, porque hubo algunos que no soportamos más tanta iniquidad y en defensa propia, de la vida y de nuestro pueblo, nos alzamos en armas.

Como verán, ni nuestro alzamiento ni esta guerra que nos impusieron, surgió por dogmatismos ni generación espontanea. Una larga historia la precede. Y es así, como luego de duros y cruentos combates librados a lo largo y ancho de la geografía patria, como sucede en todas las guerras, -y en Colombia hay una guerra- ustedes fueron hechos prisioneros. Muchos de los nuestros también lo fueron.

Hemos respetado, según está establecido en nuestras normas y principios, su integridad y su dignidad, sin torturas, sin vejámenes ni interrogatorios denigrantes, y si hemos tenido que recurrir a cadenas es solo porque en las condiciones de una guerrilla móvil, que lucha en la selva, que no posee estructuras carcelarias y en medio de un asedio permanente, no existe otro medio que garantice su aseguramiento. Las FARC-EP no tienen ni tendrán en el desenvolvimiento de la resistencia y lucha de emancipación, el historial de crueldad que en cuanto al trato a prisioneros, pretenden establecer sus enemigos. Lo que si existen son evidencias de la forma como se manipula información falsa para desprestigiar en este campo a la insurgencia. Muy al contrario del trato que se da a los guerrilleros presos en las prisiones del régimen como ocurre por ejemplo, con el digno Simón Trinidad, a quien mantienen en una cárcel de alta seguridad, durante hace más de 6 años, las 24 horas del día en un cajón de concreto, con las luces encendidas, con vista a nada diferente que las cuatro paredes de la gaveta en que suele estar y encadenado de pies y manos, sin que se pueda alegar en este caso razones de seguridad, sino de sevicia con el prisionero.

En toda guerra, en todos los tiempos y en todos los lugares del mundo cuando como resultado de la confrontación las partes capturan prisioneros, se procede al intercambio. No obstante, esta oligarquía no quiere ahora mover ni un solo dedo para aprobar la ley de canje que permita la liberación de sus prisioneros, así como de los guerrilleros, recurriendo a métodos arteros y de baja estofa, al sofisma de la traición y del engaño, prolongando innecesariamente tiempo de retención de esos oficiales y sub-oficiales, que ellos mismos enviaron a la guerra y que vieron morir sus compañeros en el combate, arriesgando la vida, para defender los intereses económicos de unos plutócratas insensibles y las instituciones podridas de un Estado mafioso.

Poco les importa porque no es la oligarquía la que sobrelleva el peso de la guerra, ni los hijos de los grandes capitalistas, terratenientes o politiqueros, sino los hijos de los pobres los que sirven de carne de cañón para su guerra. A todas estas vale la pena preguntarnos: ¿por qué en Colombia los hijos de los ricos no pagan servicio militar si son ellos los que se benefician de la guerra? ¿O será que en las selvas de Colombia habrán quedado alguna vez, los restos de algún hijo de los linajudos Santodomingo, los Sarmiento Angulo, de Ardila Lule, de los fantoches Santos o del bravucón de Uribe? ¡Qué va! Los unos están disfrutando las canonjías de alguna embajada del primer mundo, otros, pasando el año sabático en universidades europeas y los más, entregados a la dolce vita, porque nuestra clase dominante solo practica el único patriotismo que conoce: el patriotismo hedonista, bocón y sibarita. Así las cosas, ¿qué interés pueden tener en que se le ponga fin al cautiverio de unos hombres de armas? ¡Ninguno!

El sueño de las clases dominantes, en Colombia, siempre ha sido el de ponerle fin al crónico conflicto armado, sin ninguna consecuencia política que afecte sus egoístas privilegios. Esto es, que los pobres agachemos la cerviz, y que el statu quo no sufra la más mínima modificación que los perturbe. Según ellos, los guerrilleros, simplemente, entregarían sus armas e ipso facto quedarían reinsertados, o si lo prefieren, según propuesta del autócrata de turno, podrían irse a vivir a Paris, a los Campos Elíseos.

No es serio sino cínico y desalmado pensar así, después de tantos años de guerra, y después de la carnicería a la que para conservar sus privilegios han sometido a todo el pueblo colombiano. La burguesía, cree que todo en la vida es mercancía, todo lo reduce a los negocios, porque no conoce de la dignidad. Por nuestra parte hemos dicho que seguiremos luchando por el canje, por una ley que oficialice el intercambio humanitario de prisioneros, que abra las puertas al inicio de un proceso de paz que ponga fin a la guerra que vivimos y siente las bases para la construcción de una nueva Colombia que haga incluyente del progreso a los pobres. Mientras eso acontece, los guerrilleros de las FARC-EP seguiremos luchando por nuestro pueblo y por un cambio en las estructuras sociales que conduzcan a que en Colombia conquistemos esa paz con justicia social que es el sueño de todos los colombianos, la que no es posible alcanzar sin unas profundas reformas sociales y políticas y de un modelo económico que integre a los millones de desplazados, a las mayorías empobrecidas y a todos los excluidos por la oligarquía del sueño de tener una patria para todos. Sin eso, no hay estrategia militar por muy financiada que este, que pueda acabar con este conflicto que vivimos.

Compatriotas,
FARC-EP Secretariado del Estado Mayor Central
Montañas de Colombia, Marzo del 2009

Crueldad contra Simón Trinidad... ¡Prisionero político del imperio!


Tratando de menguar la dignidad de nuestro camarada Simón Trinidad, los carceleros del imperio, siguiendo instrucciones del gobierno narcoparamilitar de Uribe Vélez, le han confinado en un subterráneo, y ahora le niegan la posibilidad de acceder a su correspondencia personal… Ver información relacionada en http://www.freericardopalmera.org/
The National Committee to Free Ricardo Palmera