viernes, 10 de diciembre de 2010


Con la congresista de EEUU Nancy Pelosi & James McGovern




La senadora Córdoba no solamente actuaba con el aval del ejecutivo; ella ha obrado en el marco de la Constitución, que consagra como derecho y deber, la búsqueda de la paz

Doctora
Piedad Córdoba
Bogotá


Cordial saludo


Impulsados por el más justificado imperativo ético nos dirigimos a usted para expresarle, en este momento crucial de su vida política, nuestra solidaridad incondicional frente al brutal atropello de la Procuraduría General de la Nación contra su esfuerzo humanitario por la paz de Colombia.


La decisión del Procurador Alejandro Ordoñez es un verdadero esperpento jurídico y político, originado en la presión enfermiza, el odio y la retaliación del ex presidente Uribe, jefe indiscutible, impune hasta ahora, del paramilitarismo y la para - política en Colombia.


El país nacional no puede permitir que se abra paso la absurda criminalización de la búsqueda de la solución política del conflicto. Ordoñez actúa contra derecho. Es más prevaricador que Procurador. Al inhabilitar por 18 años a la senadora, pretendiendo su muerte política, no sólo se extralimita usurpando funciones propias del Consejo de Estado; además sustenta su miserable decisión en los supuestos datos de un computador, que no pueden constituir prueba jurídica, porque fueron previamente manipulados por la policía, violándose así la cadena de custodia.


En este caso no hay derecho a la defensa ni al debido proceso. Nadie ha vencido en juicio a Piedad Córdoba. Constituye una paradoja que los funcionarios delincuentes que la espiaban para incriminarla, ahora huyan hacia el exterior intentando burlar la acción de la justicia.


La actuación del “Prevaricador General”, que convierte en delito la lucha por la paz, lo evidencia como mandadero torpe e incauto. La senadora Córdoba no solamente actuaba con el aval del ejecutivo; ella ha obrado en el marco de la Constitución, que consagra como derecho y deber, la búsqueda de la paz.


El engañoso término de la FARC-política fue una invención del cabecilla paramilitar que ocupó la presidencia de la República durante ocho años, como desesperado recurso para desviar la atención sobre su responsabilidad penal en caso de la para - política.


El proceso de la para-política está referido a votos y a proselitismo armado de grupos paramilitares a favor de unas candidaturas al Congreso. El jefe paramilitar, Salvatore Mancuso, se ufanó en su momento de que su facción había logrado elegir más del 30 por ciento de los congresistas colombianos. El paramilitarismo también contribuyó a elegir al presidente de la República en dos oportunidades, a través de presiones, fraudes electorales y financiación en dólares.


No puede haber proceso de FARC-política, porque nunca hemos orientado votar por Piedad Córdoba. No hemos participado en debates electorales desde que la intransigencia oligárquica del país masacrara a la Unión Patriótica.


En el intercambio epistolar sostenido con la senadora en torno a la solución política del conflicto, siempre hemos sostenido que el acuerdo de paz que surja de la mesa de conversaciones FARC-gobierno, debe ser refrendado por una Asamblea Nacional Constituyente, que le dé fuerza constitucional a los mismos, a fin de que se asegure por esa vía, la aclimatación de la paz. En el manifiesto de las FARC, documento en el que exponemos la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia, invitamos al país a trabajar por la construcción de una alternativa política hacia la paz, propósito que hoy reiteramos.


La sanción contra Piedad Córdoba es inmoral e injusta, prejuiciada, y dictada por los más aviesos intereses políticos. El país nacional, que hastiado del guerrerismo del Estado, anhela paz, debe rodear a la senadora y acompañarla en su marcha resuelta tras este objetivo. Si persiste la injusticia, nadie podrá impedir que se levante en Colombia un poderoso movimiento por la paz liderado por sus hijos e hijas más preclaro s.


Como un gesto de humanidad y de desagravio a la senadora de la paz, liberaremos a los siguientes cinco prisioneros: Mayor de la policía Guillermo Solórzano, Cabo del ejército Salín Sanmiguel, Infante de marina Henry López Martínez, y a los presidentes de los consejos municipales de San José del Guaviare Marcos Vaquero y de Garzón Huila Armando Acuña, estos últimos investigados por las FARC por corrupción. La decisión está tomada y la fecha dependerá de las garantías que otorgue el gobierno para que la senadora Córdoba pueda recibir a los que serán liberados


Nuestra lucha por el canje de prisioneros de guerra se mantiene. No cejaremos en el propósito de buscar la liberación de Simón Trinidad -arquetipo del decoro y la firmeza del revolucionario Fariano, y el retorno de los nuestros, desde las cárceles del régimen y del imperio, a los campamentos insurgentes. Para todos ellos nuestro mensaje de aliento y esperanza.


Senadora Piedad Córdoba: compartimos con usted y con la inmensa mayoría de nuestros compatriotas, que la guerra no puede ser el futuro de Colombia.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC - EP
Montañas de Colombia, diciembre de 2010

domingo, 14 de noviembre de 2010


Estamos seguros que la nueva presidencia del Brasil jugará papel determinante en la aclimatación de la paz regional


Compatriota
DILMA ROUSSEFF
Presidenta electa del Brasil


Desde las montañas de Colombia, nuestro saludo cordial, bolivariano, con anhelo de Patria Grande.


Permítanos adherimos a la justificada alegría del gran pueblo de Luis Carlos Prestes, ante el hecho relevante de tener, por primera vez en la historia del Brasil, una presidenta; una mujer ligada siempre, a la lucha por la justicia.


Presidenta Dilma, para usted, nuestro aplauso y reconocimiento.


Su exaltación a la presidencia de la República Federativa, sumada a su pública convicción de la necesidad de una salida política al conflicto interno de Colombia, ha centuplicado nuestra esperanza en la posibilidad de alcanzar la paz por la vía del diálogo y la justicia social.


Estamos seguros que la nueva presidencia del Brasil jugará papel determinante en la aclimatación de la paz regional y en la hermandad de los pueblos del continente.


De usted, atentamente,


Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, Noviembre 1 de 2010

Nuestra solidaridad y condolencia por el deceso del ex presidente Néstor Kirchner


Doctora
CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER
Presidenta de la República de Argentina

A su Excelencia, a la familia Kirchner, nuestra solidaridad y condolencia por el deceso del ex presidente Néstor Kirchner. Nos sumamos al sentimiento del pueblo argentino seguidor de sus banderas sociales.

Ha partido un latinoamericano insigne. Un hombre que batalló denodadamente por la consolidación de un organismo multilateral independiente del poder de Washington, propio de Nuestra América, sin tutelas imperiales, que se ocupara de nuestros asuntos internos, regionales. Siempre agradeceremos su humana preocupación por la paz de Colombia, su participación en los procesos de liberación de prisioneros de guerra en el marco del conflicto social y armado que vive el país, y la eficacia de su diplomacia serena para restablecer la concordia entre naciones hermanas.

En este bicentenario de los gritos simultáneos de independencia latinoamericana, qué bueno sería considerar a nivel de gobiernos y pueblos la idea grandiosa del Libertador Simón Bolívar de conformar en este hemisferio una Gran Nación de Repúblicas.

Sea esta la ocasión para reiterarle a UNASUR los puntos de vista expuestos en la carta que le dirigiéramos el mes de agosto pasado.

Reciba usted, señora Presidenta, nuestro saludo de compatriotas,

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, octubre 30 de 2010

martes, 12 de octubre de 2010


Homenaje y Semblanza del guerrillero heroico

“Nacimos para vencer, no para ser vencidos” Jorge Briceño



Una muerte gloriosa triunfa sobre el tiempo
y prolonga la sublime existencia, hasta la más remota posteridad. SIMÓN BOLÍVAR

30 aviones y 27 helicópteros, 7 toneladas de explosivo tritonal y la tecnología militar de punta del South Command estadounidense y del Mossad israelí, el uso desproporcionado de la fuerza y la violencia terrorista del Estado, todos, contra un hombre en su cuartel de la montaña, que no era un hombre, sino un pueblo.

Lo ocurrido en la madrugada del 22 de septiembre en las selvas de La Macarena no fue un combate, sino un vil asesinato, una masacre ejecutada a mansalva y sobre seguro por un Estado terrorista subordinado a los dictados de Washington. Contra el comandante Jorge Briceño, del Secretariado de las FARC, fue concentrado todo el fuego y todo el odio de una casta dominante criminal, de ultraderecha, que por décadas ha ensangrentado y empobrecido al país.

Era Jorge un símbolo telúrico, potente, de la rebeldía y la esperanza del pueblo llano de Colombia, salido de la escuela de guerra de guerrillas móviles del legendario Manuel Marulanda Vélez. Era un ser excepcionalmente humano, y por ello, amado por la gente y por la tropa guerrillera. En tiempos de la zona de distensión y de los diálogos de paz, cuando aparecía de vez en cuando en la población de La Macarena, un enjambre de niños descalzos y descamisados, bulliciosos, lo seguía por las polvorientas calles, y él, feliz, dejaba que le quitaran la boina y que saltaran en su corazón, como en la canción Jojoy del cantautor Julián. Era un imán en traje de fatiga arrastrando pueblo a su paso, fundiéndose con sus sueños. Campesinos, obreros, desempleados, alcaldes, curas, académicos, sindicalistas, maestros, estudiantes, afro descendientes, amas de casa, escuchaban la magia torrencial de sus palabras que aludían a un sueño llamado Nueva Colombia, Patria Grande y Socialismo. 

Era un duro, sí, pero aprisionado por una gran ternura. Recio con el enemigo, afectuoso con su pueblo. No faltaba en su mochila de campaña el Diario del Che. Bebía con avidez el pensamiento de Guevara, y del guerrillero heroico había aprendido a endurecer, sin perder la ternura jamás. Era un guerrero enamorado del fulgurante amor de los héroes por la libertad y la justicia.

Había Ingresado a la guerrilla de las FARC en 1968. Eran los tiempos feroces de la represión y la exclusión brutal del Frente Nacional bipartidista y oligárquico, que pretendió criminalizar el derecho de los pueblos a la opción política. Empuñando la bandera comunista, siempre al lado de Manuel y de Jacobo, se forjó como guerrero en las vicisitudes de la guerra justa contra la opresión.

Lo de “Mono” por lo catire o de cabello claro, rubio, o huero. Lo de “Jojoy”, por una muletilla de juventud. Así, el joven “Mono Jojoy” trasegó con su fusil y su política al hombro, las tres cordilleras andinas de la arriscada geografía colombiana.

Su primera revolución triunfante, fue la librada consigo mismo. Implacable con sus lastres humanos, poco a poco, doblegándolos a pulso, fue levantando hacia el cielo la gran mole de su arquitectura política y guerrera, de hombre nuevo. Su pasión por la libertad y ese anhelo de dignidad para todos que abrazaba su corazón, fue el arpegio más sonoro de su fibra humana.

La figura de Jorge continúa su incesante crecimiento en las selvas inmensas del Caguán, en sus puertos fluviales de amarillento caudal, hasta alcanzar la inusitada dimensión de la leyenda. Incansable constructor de partido y de milicias populares, agitador de la Unión Patriótica como alternativa política, impulsor entre la población de la sustitución de cultivos de coca por siembras de caucho y cacao. Consciente de la importancia de la propaganda revolucionaria instaló, por primera vez, una impresora offset montaña adentro. En Remolinos y en Santo Domingo es el hombre de la logística, de los uniformes, de las armas, de las finanzas. Formador de cuadros, llamaba a los cadetes egresados de la Escuela Nacional, para tomar de ellos, aún frescos, los nuevos conocimientos y técnicas aprendidas. Nunca percibió sombras en los que podían saber más que él; por el contrario, los acogió con admiración, y aprendió de ellos. Era un insaciable fagocitando luces.

Luego el guerrero irrumpe en los Llanos indómitos y bravíos, que tienen la extensión de medio país y una rica historia de rebeldía contra el centro del poder. Allí inscribió su nombre en moldes dorados de la mano de Marulanda y sus compañeros, como destacado estratega militar y político, como luchador en la primera línea de fuego y en la conducción del avance de las huestes guerrilleras hacia la capital. Realmente el poder de Jorge, su liderazgo avasallante, cautivador, se fundaba en la dirección colectiva y en el gran amor que le profesaban los guerrilleros y el pueblo.

Ningún jefe insurgente de Nuestra América había sido atacado con tanta saña. 50 bombas inteligentes made in USA que demolieron y arrasaron su puesto de mando, no fueron suficientes para saciar el odio de las oligarquías. Verificada la muerte del comandante, el gobierno desencadenó, desde todos los flancos, el más infame ataque mediático, con el propósito quimérico de aniquilar también su imagen y su ejemplo de dignidad. No se trataba sólo de matar a la persona, sino al sueño de esa inmensa muchedumbre de humildes que creen en el proyecto político libertario de las FARC-EP. Sangre y fuego, tierra arrasada, terrorismo de Estado, ha sido la práctica constante del régimen para defender los intereses de las trasnacionales, la bolsa y el poder de una oligarquía apátrida y arrodillada a los gringos.

Frente a la barbarie del Estado, ni una sola palabra de la acuciosa Katerine Aston de la Unión Europea, ni de aquellos que siempre están condenando nuestros modestos medios de resistencia. No lo necesitamos; el poder moral de las FARC es inexpugnable. Bien sabemos que por boca de ellos habla la iniquidad de los imperios.

El comandante Jorge encarnaba los más profundos sentimientos altruistas de las FARC, en la lucha y resistencia de los pueblos contra el terrorismo de Estado. Como es de conocimiento, los Estados terroristas, como el de Colombia, buscan siempre proyectar su propia condición sobre quienes los adversan. Por eso, el presidente Santos, ladrando desde Nueva York, muy cerca de su amo, desesperado por deslegitimar la lucha de los pueblos por la justicia, tergiversa la realidad del conflicto interno de Colombia, pretendiendo vanamente satanizar el alzamiento armado, al referirse a Jorge como símbolo del terror y la violencia.

¿Qué más se puede esperar de personajes tan siniestros? Hace poco, oficiando como ministro de defensa y de los “falsos positivos”, Juan Manuel Santos se solazaba con los cadáveres de guerrilleros abatidos en los Montes de María. Ahora, el actual jefe de esa cartera, señor Rodrigo Rivera, se conduele más por la muerte de la perra Sasha, que por los centenares de soldados muertos y heridos en el campo de batalla de La Macarena.

La fementida “Sodoma”, nombre de la operación que segó la vida de los nuestros, no es otra cosa que el mismo Estado colombiano en su bancarrota moral. La “madriguera” del verdadero monstruo terrorista es el Palacio de Nariño, sede del gobierno de Bogotá. Desde allí se ha planificado el desastre humanitario que padece la patria. Desde ese mismo antro, los cerebros de la seguridad democrática, tan celebrada por el presidente Santos, ordenaron las masacres contra la población inerme, las ejecuciones extrajudiciales (“falsos positivos”), las fosas comunes, las detenciones masivas, las desapariciones y desplazamientos forzados, y tantos otros abominables crímenes de lesa humanidad.

A los que hoy desde el gobierno, ebrios de triunfalismo nos conminan a la rendición, les respondemos con las mismas palabras que el comandante Jorge Briceño le dirigiera al general Padilla en enero de 2010, en respuesta a una exigencia similar:

“…Que poco nos conoce usted señor Padilla de León: con toda sinceridad, sin odios ni resentimientos y con el respeto que todo revolucionario profesa por sus adversarios, le respondo: No, muchas gracias, general.

 En las FARC no tenemos alma de traidores, sino de patriotas y de revolucionarios.

 Hemos luchado y continuaremos haciéndolo, con valor, entrega y sacrificio por derrocar este régimen podrido de las oligarquías y construir otro orden social, o por alcanzar acuerdos que ayuden a construir una patria en donde quepamos todos.

 Jamás hemos proclamado el principio de la guerra por la guerra, ni asumido esta lucha como algo personal, ya que nuestros objetivos son los de lograr cambios profundos en la estructura social de Colombia, que por fin tengan en cuenta los intereses de las mayorías nacionales y de los sectores populares y que conduzcan al desmonte del actual régimen político criminal, oligárquico, corrupto, excluyente e injusto, como está consignado en nuestra Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia.

 Con la honestidad que corresponde a nuestro compromiso con el cambio social y la lealtad que le debemos a nuestro pueblo, le aseguramos, que no vamos a desistir después de más de 40 años de lucha, ni a aceptar una falsa paz. No traicionaremos los sueños de justicia de la Colombia que clama por la paz con justicia social, ni la memoria de los miles de muertos, ni a las víctimas de las innumerables tragedias que ha ocasionado esta cruenta guerra, declarada por la oligarquía al pueblo desde hace más de 50 años.

 Colombia necesita encontrar los caminos que conduzcan a poner fin a esta guerra entre hermanos, senderos de reconciliación que nos lleven a Acuerdos de Paz. Pero no será a través de una paz falsa donde una minoría oligárquica continúa acaparando todas las riquezas, a tiempo que las grandes mayorías nacionales quedan aplastadas por el peso de la pobreza, el terror militarista, la miseria y la degradación moral de una clase dirigente corrupta hasta los tuétanos, el camino más seguro para alcanzar la reconstrucción de la patria y la reconciliación de los colombianos.

 Una paz entendida como rendición o entrega es una fantasía de la oligarquía y solo sería un crimen de lesa traición al pueblo y a sus históricos anhelos por alcanzar, al fin, la justicia social para todos.

 Acuerdos de paz sí, pero, el punto cardinal es: ¿con o sin cambios estructurales en lo político y social?

 ¿Más Democracia o más autoritarismo y más represión y arrodillamiento al imperio?

 Lo invitamos a reflexionar sobre estas serenas palabras plenas de sensatez y actualidad, contenidas en el mensaje que dirigió el comandante Manuel Marulanda Vélez a los miembros de las Fuerzas Militares:

El futuro de Colombia no puede ser el de guerra indefinida, ni el de expoliación de las riquezas de la patria, ni puede continuar la vergonzosa entrega de nuestra soberanía a la voracidad de las políticas imperiales del gobierno de los Estados Unidos; nosotros estamos en mora de sentarnos a conversar en serio para dirimir nuestras diferencias, mediante el intercambio civilizado de opiniones hacia la solución definitiva de las causas políticas, económicas y sociales generadoras del conflicto interno, para bien de las futuras generaciones de compatriotas ”...

Para algunos analistas mercenarios, que posan de sabiondos del conflicto, el golpe de la Macarena “deja a las FARC descabezadas sin posibilidades de recomposición”. El agente de la CIA, Alfredo Rangel, cree que las FARC quedaron “huérfanas” y heridas en su moral, ad portas del abandono de la lucha armada… Se equivocan. Como siempre, parecieran caminar con los ojos vendados por los precipicios de la realidad. Se niegan a entender que somos una dirección colectiva, un cuerpo colegiado de conducción política y militar en todos los niveles de su estructura de mando. No atisban en la niebla de un análisis parcializado, motivado por las fantasías, el poder de la cohesión que siempre ha distinguido al Estado Mayor Central de las FARC y su Secretariado. Previendo que la lucha revolucionaria es hasta las últimas consecuencias, todas las instancias de mando de las FARC funcionan con suplencias para llenar oportunamente las vacantes ocasionadas por la confrontación o cualquier otro motivo. Por eso el comandante Pastor Alape, ante la desaparición de Jorge, pasó a ser miembro principal del Secretariado, mientras al Bloque Comandante Jorge Briceño se le ha dado la posibilidad de reestructurase, designando de su seno a un nuevo suplente.

No somos soldados bisoños que se dejan apabullar en el rumbo incierto de una batalla. Nuestra guerra es por la paz, la Nueva Colombia, la patria Grande y el Socialismo, en la forma de un nuevo poder. En el guerrillero fariano hay conciencia y lealtad a la causa, y estará siempre, ávido de lucha y de victorias. Como decía el Jorge unos días antes de su partida: “nosotros hacemos parte de la lucha popular y el pueblo es invencible”.

La caída del gran guerrillero revivió en el presidente Santos el desvarío del fin del fin de la guerrilla, de la proximidad de una derrota de la insurgencia, que nunca llegará, y que viene siendo pregonada desde 1964 para justificar la obsesión militarista de un sector de la oligarquía, por temor, por físico miedo, a una solución política que demanda el fin de sus privilegios. No se dan cuenta que al cerrar las puertas del diálogo y la solución política están abriendo las puertas de la revolución. Es lo mismo que dijo Fidel en su más reciente reflexión: muy al contrario de lo que afirma el gobierno colombiano, el asesinato del comandante Jorge… acelerará el proceso revolucionario en Colombia.

Lo decimos sin aspavientos, pero con radicalidad: si Santos quiere venir por nosotros, que venga, pero que venga en persona sin utilizar carne de cañón que es pueblo uniformado. La arrogancia y el tono de ultimátum de Santos tienen como fondo las órdenes en inglés, que los guerrilleros que siguen las comunicaciones de la fuerza pública, captan en los grandes operativos.   

Hacemos nuestras para este momento de coraje las reflexiones de Julius Fucik al pie del patíbulo: “Cuando la lucha es a muerte;/ el fiel resiste;/ el indeciso renuncia;/ el cobarde traiciona…,/ el burgués se desespera,/ y el héroe combate".

Viendo la ignominia de algunos reporteruchos y gacetilleros de la gran prensa, encarnizados frente al cadáver del líder guerrillero, aullando sus denuestos, es deber moral deplorar la bajeza ética de quienes pretenden inducir la opinión nacional a favor del guerrerismo y del terrorismo de Estado.

Esa maquinaria de la desinformación se ha dedicado a la satanización de la guerrilla y a la santificación del gobierno. En sus espacios silencian la voz del pueblo y sólo dan la palabra a expertos estipendiados por la CIA y el capital financiero, que encubren y justifican los más fétidos crímenes de lesa humanidad consumados por el Estado.

De manera repetitiva y en horario estelar, durante 15 minutos, los noticieros de televisión, mostraron las imágenes del devastador bombardeo con el claro propósito de legitimar el terrorismo institucional, provocar el aplauso a los criminales, concitar el apoyo de la población a la política guerrerista del Estado y uniformar al país con la visión del conflicto de la derecha neoliberal.

No son héroes los pilotos y artilleros del terrorismo que dispararon sus armas, guiados por la tecnología, sino cobardes instrumentos de un poder tiránico y pro yanqui que aspira a eternizar la injusticia sobre el suelo de Colombia. Actúan contra su propio pueblo en beneficio de una potencia extranjera. Fue un ataque artero, y sobre seguro. No es heroísmo disparar bajo el amparo de la oscuridad y a varios miles de pies de altura, cuando no hay equilibrio de medios de combate entre las fuerzas contendientes. Otro fue el resultado en tierra: 30 militares muertos, 70 heridos.

Constatada la infausta noticia para los humildes de Colombia, algunos periodistas robotizados y carroñeros se abalanzaron sobre los pobladores de La Macarena para forzarles una opinión adversa a la guerrilla o hacerlos asentir que la municipalidad se había liberado de su principal verdugo. Descaradamente aludían a Jorge a sabiendas de que este era el principal benefactor de toda esa serranía. Durante décadas el poder central nunca quiso abrir la carretera que desembotellara la rica región campesina. Jorge y sus guerrilleros la construyeron, logrando comunicar por tierra a la Macarena con San Vicente del Caguán y Neiva. Igualmente, en auxilio de aquella gente empobrecida construyó la vía que conduce a Vistahermosa (Meta). Tendió puentes sobre caños y ríos, bombardeados luego por la Fuerza Aérea, cuando ya habían sido entregados a la comunidad. Bajo la conducción de Jorge se pavimentaron los barrios de San Vicente del Caguán, se hizo el mantenimiento de las carreteras de los llanos del Yarí, se pusieron en funcionamiento varios acueductos, se organizaron brigadas de salud, se impuestó el consumo de licores para financiar maestros de escuela... Y la población recuerda también con gratitud cómo se activó el comercio bajo la tutela guerrillera. Esta hermosa historia que habla bien de la preocupación social y del sentido solidario del comandante, no podrá ser ocultada mientras perviva enraizada en el corazón de una población olvidada, que sólo ha conocido la presencia del Estado a través de bombas y metralla.

 Pese a estar postrado por la diabetes, el comandante Jorge logró frenar por largos meses en el área general de la Macarena, el avance de varias brigadas móviles con más de 15 mil efectivos. Sobrecogidos por su dinámica arrolladora, por su voluntad inquebrantable, e inspirados en su profunda admiración por el Che, le habíamos dirigido las siguientes palabras: “Jorge, nuestros respetos. Gracias por tu ejemplo, por tu inagotable capacidad de trabajo en medio del infortunio de la enfermedad, y por enseñarnos cómo es que se debe combatir al adversario. Nos alegra que hace rato hayas superado a tu arquetipo guerrero, el Che. Con lo realizado por ti, ya no se trata de ser como el Che, sino de superar al Che. La puso muy alto, hermano”. A lo cual respondió con su modestia de siempre: “No la hemos puesto tan alto, es que estamos haciendo poco con base en la tarea estratégica que nos corresponde. Estamos es despertando un pequeño gigante dormido”.

El parte militar del Bloque Oriental en el mes de agosto es el siguiente:

Choques armados 166; soldados muertos 157; soldados heridos 294; helicópteros averiados 10; buques averiados 2; guerrilleros muertos 11.

Ahora, a los guerrilleros de las FARC nos toca ser como Jorge, el más contumaz de los guerreros de Manuel. Aunque la tarea no es nada fácil, es nuestro deber. Sus palabras resonarán en las mentes guerrilleras: “nacimos para vencer, no para ser vencidos”.

Son invencibles los soldados de Manuel Marulanda Vélez porque su bandera es la causa del pueblo, porque sus fusiles son la justicia social, la independencia y la libertad combatiendo por la Patria Nueva, porque marchan hacia la victoria con la potencia demoledora del pensamiento de Marx y de Bolívar, con el plan estratégico y el pueblo organizado.

Del Jorge del último tramo de su fecunda vida insurgente, debemos resaltar:

Elegido por la Octava Conferencia Guerrillera en 1993 como miembro del Secretariado de las FARC, inicia su ascenso imparable hacia el cenit de los héroes. Con las conclusiones de plenos y conferencias guerrilleras en mano, sigue el pulso al avance del plan estratégico, denominado Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia, al lado de su gran maestro el comandante Manuel. Reajusta planes y estructuras de mando y se ocupa del buen funcionamiento de las direcciones. Se echa al hombro la escuela nacional de cuadros Hernando González Acosta y su preocupación es la formación de los nuevos comandantes. Organizador de Partido Clandestino, de profundas convicciones comunistas declaraba luego de sus reuniones de célula: “me bañé de comunismo, cumplí con mis tareas y deberes de militante”. Apareció radiante el 29 de abril del 2000 en el lanzamiento del Movimiento Bolivariano en San Vicente, al lado de Manuel Marulanda y Alfonso Cano y sus compañeros de Estado Mayor. Feliz con las 30 mil personas congregadas en la sabana; había sido artífice de la convocatoria del evento, del reencuentro de Bolívar con su pueblo, y jugado papel fundamental en la impresionante logística de la movilización. Meses después lo vimos al frente de la liberación unilateral de más 300 prisioneros de guerra capturados en las campañas militares del Bloque Oriental. “Los respeto –les decía Jorge-, porque se rindieron en combate; ojo con lo que van a decir a la prensa, incluso si son opiniones favorables a nosotros, porque eso los puede perjudicar”.

Necesariamente debemos destacar su permanente interés y respeto por todos los movimientos revolucionarios del mundo y por sus procesos. Apasionado por el estudio y la superación personal, leía ávidamente y gustaba adentrarse tanto en la historia universal como en la del país. Sólo dormía 3 o 4 horas para dedicar la mayor parte de su tiempo a la organización y al impulso de las tareas revolucionarias. Mamagallista excelso y profundo conocedor de sus tropas, sabía escuchar y ser autocrítico. Intenso en todo, en el combate, en la política, atento a los cambios en la modalidad operativa del adversario, y muy eficaz en el cumplimiento de las tareas del movimiento.

Hombre franco, directo, realista, riguroso, fraternal, leal a la causa revolucionaria, camarada y amigo de verdad, sin duda sus más caros valores. No permitiremos que estos atributos de la personalidad del comandante Jorge sean manipulados por seudo-periodistas empecinados en vejar su memoria.

De todas maneras, con Manuel, con Jacobo, con Jorge, con Raúl, con Iván Ríos y con todos los caídos, con el Libertador, los guerrilleros de las FARC entraremos a Bogotá en los puños levantados del pueblo, cabalgando en la insurrección, para instaurar en la plaza de Bolívar el nuevo gobierno, patriótico y bolivariano inspirador de nuestra lucha. Justa; mil veces justa: un derecho universal imprescindible para destruir el mal mayor de la opresión. Los colombianos, tenemos todo el derecho del mundo a vivir en dignidad, en paz, en democracia, en soberanía y en libertad. Como dijo Jorge, “allá nos pillamos”.

¡Triunfar! es la consigna. A los revolucionarios les decimos con Bertold Brecht: “Quien aún esté vivo no diga "jamás"/ Lo firme no es firme/ Todo no seguirá igual/ Cuando hayan hablado los que dominan/ hablarán los dominados/ ¿Quién puede atreverse a decir "jamás"?/ ¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros/ ¿De quién que se acabe? De nosotros también/ ¡Que se levante aquél que está abatido!/ ¡Aquél que está perdido, que combata!/ ¿Quién podrá contener al que conoce su condición?/ Pues los vencidos de hoy serán los vencedores de mañana/ y el jamás, se convierte en hoy mismo”.

Gloria a los héroes caídos en la resistencia al opresor, es el grito del comandante Jorge resonando en lo más profundo de la conciencia guerrillera. Gloria a Raúl Reyes, gloria a Iván Ríos, gloria a los caídos en Sucumbíos, gloria a todos los combatientes que han entregado su vida por la causa de la libertad, HASTA SIEMPRE.

Hasta siempre, Jorge, camarada, comandante, amigo. Venceremos.

Honor al comandante Jorge Briceño, héroe de la libertad, de la Nueva Colombia, la patria grande y el socialismo.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, octubre 8 de 2010
Año bicentenario del grito de independencia

miércoles, 29 de septiembre de 2010



¡Jorge Briceño, un héroe caído en la resistencia al opresor!

¡Gloria eterna a todos los combatientes que han entregado su vida por la causa de la liberación de nuestro pueblo! ¡Gloria eterna al comandante Jorge Briceño!


Con profundo dolor, con el puño cerrado y el pecho oprimido de sentimiento, informamos a nuestro pueblo colombiano y hermanos latinoamericanos, que el comandante Jorge Briceño, nuestro bravo, altivo y héroe de mil batallas, comandante desde las épocas gloriosas de la fundación de las FARC-EP, ha caído, en su puesto de combate, al lado de sus hombres y al frente de sus responsabilidades revolucionarias, como resultado de un cobarde bombardeo al estilo de las blitzkrieg del ejército Nazi. Junto a él cayeron otros 9 camaradas a quienes también rendimos nuestro sentido homenaje.

Ha dejado de existir un hombre excepcional, de singulares virtudes personales, gran amigo y Camarada de extraordinario talento organizativo y militar. Un revolucionario ejemplar que dedicó por entero su vida a la causa de los humildes, maestro, preceptor y conductor de guerrilleros revolucionarios. Combatiente indoblegable, que durante más de cuatro décadas hizo morder el polvo de la derrota al ejército de los falsos positivos, aliado de los paramilitares, vasallo del imperio yanqui y enemigo jurado de los cambios sociales y de nuestro pueblo.

No nos quejamos. Como revolucionarios somos conscientes de los riesgos de una lucha como la que enfrentamos, obligados por las circunstancias, contra un enemigo implacable, en el tránsito por alcanzar la paz democrática con justicia social.

Nuestro compromiso con el cambio social y la Nueva Colombia no se doblega por los golpes que podamos sufrir en la lucha por conquistarla o por la caída en combate de nuestras unidades, que aunque nos duelen profundamente, también nos comprometen y estimulan a continuar adelante con mayor ahínco como homenaje a su memoria, a sus enseñanzas, a su ejemplo heroico, a su entrega y sacrificio.

Desde muy joven, "el Mono", como fraternalmente le llamábamos, abrazó la lucha revolucionaria. Siendo un campesino adolescente se vio envuelto en la vorágine de la violencia oligárquica contra el pueblo, que devino después del asesinato de Gaitán en 1948.

Desde 1968, empuñó las armas en defensa de su vida y de su pueblo. Aguerrido y audaz combatiente de primera línea durante toda su vida, fue, con Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Efraín Guzmán y una pléyade de revolucionarios, insigne constructor de las FARC-EP, por lo que siempre lo llevaremos en nuestro corazón al lado de ellos y de Jacobo Prías Alape, Isaías Pardo, Hernando González Acosta, Raúl Reyes, Iván Ríos y tantos otros que han ofrendado su vida en el altar de la patria por la liberación de nuestro pueblo de la opresión militarista y oligárquica, por una Colombia democrática con dignidad, paz y justicia social.

Pasado el tiempo, se borrarán y olvidarán todas las calumnias, comparaciones e infamias difundidas sobre él, por sus enemigos de clase, por los gacetilleros y pirañas informativas al servicio de la desinformación y la guerra mediática, y será recordado eternamente por su pueblo, por los revolucionarios y los guerrilleros, como uno de sus más resueltos y firmes representantes, ejemplo de lealtad al ideario bolivariano, dignidad, transparencia, espíritu de sacrificio y valor a toda prueba.

En instantes como el actual, con profunda emoción y plenas convicciones, el Secretariado, El Estado Mayor y la guerrillerada reiteramos nuestra fidelidad a la causa de las FARC - EP, firmeza con sus principios revolucionarios y bolivarianos de independencia, justicia, dignidad y cambio social, banderas que jamás arriaremos!

Informamos que el Comandante Pastor Alape, es nuevo integrante pleno del Secretariado del Estado Mayor Central. También que el Bloque Oriental de las FARC - EP se llamará a partir de la hoy “Bloque Comandante Jorge Briceño” que continuará el desarrollo de sus planes bajo el mando del Comandante Mauricio Jaramillo.

Una vez más, como desde hace 45 años lo hemos manifestado, reiteramos nuestra disposición a buscar la solución política del conflicto que logre abrir caminos de convivencia atacando y superando las causas que lo generan. Pero, en el entendido que iniciar un dialogo no puede condicionarse a unas exigencias unilaterales y a unos inamovibles, que como la historia reciente lo evidencia, todo lo que logran es dificultar cualquier intento de acercamiento.

A los combatientes revolucionarios del país los convocamos a redoblar la lucha y los esfuerzos por los objetivos de la libertad y los cambios. Los desesperados y mentirosos llamamientos de la oligarquía a abandonar nuestras convicciones, decisiones e ilusiones, solo pretenden llevar un mensaje de desesperanza a nuestro pueblo, que siente en las banderas de lucha guerrillera revolucionaria la posibilidad real de un futuro amanecer que lo reivindique y colme sus aspiraciones.

¡Gloria eterna a los héroes caídos en la resistencia al opresor!

¡Gloria eterna a todos los combatientes que han entregado su vida por la
causa de la liberación de nuestro pueblo!

¡Comandante Jorge Briceño, héroe de la Libertad, la Nueva Colombia, la Patria Grande y el socialismo: Presente, hasta siempre!

Secretariado de las FARC-EP
Montañas de Colombia, Septiembre 25 de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

De Resistencia, a la comunidad nacional e internacional, con motivo de los acontecimientos en las selvas del sur de Colombia

El pueblo de Colombia y el mundo observan el triunfalismo macabro y la euforia guerrerista de la clase gobernante colombiana, hecho perfectamente reflejado en la prensa amarillista del régimen, que acuciosa ha desplegado ediciones especiales, no para lamentar la violencia y clamar por la paz, como demandan los colombianos, sino para cantar una falsa y victoriosa aniquilación de la insurgencia.


Voceros de gobierno y analistas de bolsillo nutren la pretensión que por medio siglo ha amamantado la clase terrateniente y corrompida que gobierna: exterminar por la vía militar a la rebelión insurgente.


Cuán lejos están de la realidad que representan las FARC-EP en Colombia, y su símbolo revolucionario de resistencia, guías que hoy se propagan incluso más allá de la América Latina.


Sabemos que los ejecutores de la guerra del régimen, ni por un minuto piensan que sus bombas de racimo pueden alcanzar a sus soldados y policías que permanecen como nuestros prisioneros de guerra en la selva. Nada les detiene de lanzar sus bombardeos feroces, inclusive asesinar a mansalva a sus propios hombres que dignamente han defendido sus políticas.


Esta es la personalidad violenta y excluyente del régimen que enfrentamos, y que pese a los avatares de la confrontación, seguiremos enfrentando mientras tengamos, como hasta hoy, el respaldo popular de las gentes humildes y negadas que engrandecen la resistencia guerrillera. Ahí está el secreto que nos proyecta al futuro tanto en las selvas como en las ciudades de Colombia.


Mientras haya injusticia, desplazados y desterrados, acaparamiento de la tierra y la riqueza, bandas de narcotraficantes y paramilitares cogobernando, impunidad, corrupción, pobreza extrema, falta de garantías para participar políticamente por la vía pacífica y democrática, y mientras haya pérdida de soberanía y saqueo de nuestros recursos naturales, ahí seguirán apareciendo sin cesar los semilleros genuinos para la existencia de las FARC-EP.


No obstante seguimos reclamando una oportunidad para la paz, no para la rendición como obstinada y estúpidamente lo piensa el régimen. Lo que reclamamos ya lo comunicó con meridiana claridad nuestro comandante Alfonso Cano: el único camino es la solución política y pacífica para el conflicto social y armado interno, y en ella somos y seremos factor determinante, las demás estrategias solo contribuyen a prolongar el espiral de la guerra.


Finalmente queremos corroborar que no nos alegra la muerte de nuestro adversario. Jamás la revista y la emisora Resistencia, órganos informativos de las FARC-EP, han celebrado muerte alguna.


Por el contrario, asumimos con disciplina el pensamiento Fariano y los lineamientos del Estado Mayor y el Secretariado Nacional, que claramente y desde siempre han lamentado la violencia, y en cambio hemos defendido y propuesto el dialogo y la paz. Acaso no fue esa la inspiración de la exterminada Unión Patriótica ¿y no son los mismos lineamientos democráticos, pluralistas y pacifistas del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia?


Convocamos a la comunidad nacional e internacional a que no se deje engañar fácilmente con los cantos de sirena que han proclamado el presidente J. M. Santos desde Nueva York y sus esbirros desde los periódicos y micrófonos de Colombia.


No es por la vía de la exterminación del contrario que Colombia encontrará la paz y la reconciliación. En su momento el Secretariado habrá de comunicar la realidad de los hechos sucedidos en las selvas del sur de Colombia, por lo mismo no agregamos nada sobre estos acontecimientos. Entretanto, nos cubre el honor y la gloria de seguir luchando y resistiendo hasta alcanzar una Nueva Colombia, en paz con justicia y democracia.


Revista Resistencia, edición nacional, septiembre 24 de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010


De las FARC-EP a la Unión de Naciones de Suramérica UNASUR


Aunque el gobierno de Colombia mantiene cerrada la puerta del diálogo con la insurgencia acicateado por el espejismo de una victoria militar y la injerencia de Washington, queremos reiterar a la Unión de Naciones del Sur, UNASUR, nuestra irreductible voluntad de buscar una salida política al conflicto.


Es un hecho que éste desbordó, desde hace años, el marco de las fronteras patrias como consecuencia de las estrategias “preventivas” impuestas a Bogotá por el gobierno de los Estados Unidos. Si Colombia hoy está ocupada militarmente por una potencia extranjera, lo es en desarrollo de un interés geoestratégico, de predominio continental y no en razón de una guerra local contrainsurgente.  Nadie discute que la Casa Blanca asume con preocupación la presencia política, cada vez mayor en este hemisferio, de gobiernos que optan por el decoro patrio y la soberanía.


En nuestro país, el Plan Colombia, la estrategia neoliberal, la violencia institucional y para institucional, han agravado a niveles insospechados el conflicto, haciendo muy difícil superar esta etapa de confrontación fratricida sin la ayuda de países hermanos.


El drama humanitario de Colombia clama la movilización y solidaridad continental. La obsesión oligárquica por someter militarmente a la guerrilla desde hace 46 años, y la ejecución de los planes guerreristas y represivos de Washington han costado innumerables masacres, fosas comunes como la de la Macarena que esconde más de 2000 cadáveres: la más grande de América Latina, crímenes de lesa humanidad llamados eufemísticamente “falsos positivos”, un desplazamiento forzoso de cinco millones de campesinos, desapariciones de ciudadanos por causas políticas, detenciones arbitrarias, 30 millones de pobres en un país de 44 millones de habitantes…


Algunos aluden frecuentemente a la obsolescencia de la lucha armada revolucionaria, pero nada dicen de las condiciones y garantías para la lucha política en Colombia. Otros ubican la amenaza en la insurgencia y no en la estrategia neocolonial del gobierno de los Estados Unidos, pareciendo ignorar que con guerrilla o sin ella el imperio dará curso a su agenda de predominio. Y los hay también proclives a presionar a una sola de las partes contendientes, casi siempre a la insurgencia.


La paz con justicia social y no la guerra por la guerra, ha sido el objetivo estratégico de las FARC desde su surgimiento en 1964 en Marquetalia. Si las conversaciones de paz de Casa Verde, Caracas, Tlaxcala y el Caguán, no llegaron a feliz término, fue porque las oligarquías no quisieron considerar ningún cambio en las injustas estructuras políticas, económicas y sociales que motivan el alzamiento. Hoy enfrentamos, enarbolando incuestionables banderas políticas, la más grande maquinaria bélica que haya enfrentado guerrilla alguna, pero siempre luchando la posibilidad de una solución política.


Señores presidentes: cuando lo estimen oportuno estamos dispuestos a exponer en una asamblea de UNASUR nuestra visión sobre el conflicto colombiano.


La paz de Colombia es la paz del continente.


Reciban nuestro saludo


De ustedes atentamente,


Compatriotas


Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, Agosto de 2010,
Año bicentenario del grito de independencia

jueves, 29 de julio de 2010

Las FARC-EP se dirigen al presidente electo, a Colombia y a los países miembros de UNASUR (Parte 1)

Video conferencia del Comandante de las FARC-EP, camarada Alfonso Cano
Las FARC-EP se dirigen al presidente electo, a Colombia y a los países miembros de UNASUR (parte 2)
Video conferencia del Comandante de las FARC-EP, camarada Alfonso Cano