domingo, 9 de mayo de 2010


Necesitamos persistir en la tarea de la organización popular y de masas, en la vigencia del proyecto bolivariano

Pablo Catatumbo: “Ninguno de los candidatos más mocionados, ofrece una verdadera solución a los problemas nacionales….

DIEZ AÑOS DE LUCHA POR LA UNIDAD DEL PUEBLO, LA SOBERANÍA Y LA PAZ DEMOCRÁTICA:

Compatriotas: Al conmemorar este 29 de abril el decimo aniversario de la fundación del Movimiento Bolivariano Por la Nueva Colombia, queremos hacer un justo reconocimiento a los miles de combatientes clandestinos, trabajadores del campo y la ciudad, campesinos, mujeres, amas de casa, estudiantes revolucionarios, componentes de las diversas etnias, muchachos de las barriadas, a nuestros prisioneros, a nuestros muertos y demás compatriotas que con su dedicación, su sacrificio y su heroísmo de todos los días, han hecho posible cristalizar este esfuerzo formidable, en medio de la más feroz, criminal e infame campaña de persecución, de desinformación, de calumnias y represión contra nuestro pueblo.

Justo reconocimiento a esos luchadores clandestinos del trabajo gris y permanente, que muchas veces no obtienen el brillo que las armas otorgan y que hacen inmortales a los guerreros heroicos, pero arrostran tantos riesgos como los que se corren en el campo de batalla, siendo esa intrepidez de donde deriva su heroísmo.

Ya en el ocaso de uno de los más nefastos gobiernos anti populares de los últimos tiempos, el gobierno dictatorial y plutocrático de Álvaro Uribe Vélez, gobierno en el que desde el poder se cometieron toda clase de aberrantes delitos, el que no vaciló en recurrir a las peores formas de delincuencia para ambicionar perpetuarse en el poder, desde el infame asesinato de inocentes compatriotas para presentarlos como macabros y falsos trofeos de guerra, tratando de ocultar el fracaso de su mal llamada "Seguridad Democrática", demencial engendro fascista que durante dos periodos presidenciales se estrelló con la muralla granítica de la insurgencia guerrillera, sin lograr derrotarla como había prometido, hasta comprar su reelección, sobornando parlamentarios, otorgando notarías, pagando para que recogieran firmas e intentando hacer aprobar un referendo espurio con más dineros de los permitidos y haciendo abuso de toda clase de tramoyas para que el parlamento votara a su acomodo; cambiando el texto de lo que los firmantes pedían, para ajustarlo ilegalmente a sus ambiciones y regalando a manos llenas a los ricos, a tiempo que se lo negaba a los pobres, más de 400 millones de dólares a través del programa Agro Ingreso Seguro.

Todo eso para asegurar una segunda reelección consecutiva, en otro período del mismo presidente.

Afortunadamente, la Corte Constitucional falló en contra de tamaño atropello y puso fin a semejante abuso. Se va pues el dictador - mafioso, sin lograr su cometido de perpetuarse en el poder como un autócrata, y sin haber podido aniquilar o doblegar a la insurgencia guerrillera, como era su deseo.

Ahora estamos en la recta final de una campaña electoral sui géneris, con muy pocos matices, en la que no participan portavoces de auténticos partidos políticos representativos de los intereses nacionales, ni populares y donde están ausentes verdaderos programas de gobierno.

Con muy pocas excepciones, los que están en liza, son candidatos de una gran capacidad de manipulación mediática, algunos de ellos, oportunistas con un gran rabo de paja, manchados hasta el cuello de escándalos de corrupción, de abusos de poder, y en medio de una profunda crisis de legitimidad del régimen político que ellos representan.

A tiempo que los aspirantes presidenciales se disputan en abierta reyerta, cuál de todos ellos es más reaccionario y el heredero del cipayismo pro yanqui y la "seguridad democrática", ausente está en este debate electoral la discusión de los graves y verdaderos problemas que preocupan a las grandes mayorías nacionales: La necesidad de una verdadera reforma agraria que haga justicia al campesinado y resuelva las necesidades de nuestro abastecimiento interno, la recuperación de nuestra soberanía y dignidad nacionales, pisoteadas hoy con la existencia de 7 bases militares norteamericanas en territorio patrio, la solución al inmenso drama de los cuatro millones de desplazados, no por " la violencia " como acostumbran decir los embaucadores de oficio, si no por la violencia militar y paramilitar del Estado que les arrebató sus tierras, el tema del hambre, el desastre de la educación cada vez de menor calidad y con menos presupuesto, del desempleo galopante y creciente, de la salud y de la escasez de vivienda. Es allí donde está el meollo del problema.


Frente al principal problema que afronta la sociedad colombiana, por ya casi medio siglo, el del conflicto interno, los candidatos todos al unísono, siguiendo las órdenes del amo yanqui, solo ofrecen, mas continuismo, mas autoritarismo y mas bala.

Prolongar el conflicto armado y la guerra sucia, dar toda clase de gabelas a los ricos y entregar nuestros recursos naturales a la inversión extranjera, (ocho billones por exención de impuestos el año pasado, por cada tonelada de carbón que se llevan, solo recibimos 5 dólares), permitiendo el despojo de las tierras a los campesinos y aplaudiendo las bases yanquis en territorio patrio, mas la defensa del statu quo; a eso se reduce el programa con algunos matices, repetimos, de la mayoría de los aspirantes presidenciales.

Está claro que eso no puede ser considerado un auténtico programa político de gobierno, ni siquiera por la más obtusa y cerril derecha.

En esas condiciones, ninguno de los candidatos mas opcionados, ofrece una verdadera solución a los problemas nacionales y quien resulte elegido presidente, sea el uno o el otro, solo representará un cambio de administración, de rosca, y de grupo de privilegiados a quien beneficiar, pero no de gobierno, ni de rumbo, pues en últimas, todos son neoliberales. Y neoliberal quiere decir: enemigo del pueblo, de la organización popular, de los derechos y de las conquistas adquiridas por la clase obrera, de los sindicatos, de las luchas obreras y campesinas y partidario de un orden que haga in modificable y eterno, el régimen de la explotación y el capitalismo.

Colombia necesita superar esta etapa oscura de corrupción, de injusticia social, militarización, represión, atraso y violencia impuesta desde arriba que nos corroe desde hace más de 5 siglos, pero para eso, nuestro pueblo no puede seguir disperso, ni esperando que la solución de sus problemas se la otorgue algún mesías, perteneciente a la clase rapaz de quienes lo explotan y lo someten.

Necesitamos persistir en la tarea de la organización popular y de masas, en la vigencia del proyecto bolivariano, alentar las luchas del pueblo, buscar y pelear con ahínco por la unidad de los sectores populares, superar y derrotar el sectarismo aislacionista para avanzar hacia la conformación de un gran movimiento de masas que privilegie alcanzar la paz a través de la solución política, la defensa de los intereses populares, patriótico, anti oligárquico y profundamente comprometido con la defensa de nuestros recursos naturales y de nuestra soberanía. Solo mediante la lucha unida y de masas nuestro pueblo alcanzará su liberación.

Esa es la esencia y la razón de ser y de existir del Movimiento Bolivariano, una opción política distinta a los partidos tradicionales, capaz de contribuir con eficacia en la conducción del país hacia destinos de igualdad y de soberanía nacional, de cuya existencia conmemoramos hoy su decimo aniversario. Los invitamos a persistir en este esfuerzo y a continuar la lucha, hasta alcanzar una Colombia para todos.

¡Esta es la más linda y la más sagrada de todas las causas; por ella, bien vale toda una vida de combate, por ella, vale la pena seguir luchando!

Compatriota,
Pablo Catatumbo
Jefe del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia
Abril del año 2010
Montañas de Colombia