sábado, 4 de julio de 2009

Carta al padre de un prisionero de guerra


[En la fotografía dos guerrilleros posan junto a un helicóptero de las Fuerzas Armadas del Brasil, durante la última jornada de liberaciones unilaterales realizadas por las FARC-EP en enero de 2009]


Señor
Luís Alberto Calvo Marín

Le hacemos llegar nuestro cordial saludo.


Siendo evidente que este gobierno tiene muy malas costumbres tales como esconder y negar sus bajas reales en la confrontación y dar la espalda a sus servidores cuando caen en desgracia, queremos informarles a través de esta comunicación pública, que su hijo, el soldado profesional Josué Daniel Calvo Sánchez, fue capturado por guerrilleros de las FARC-EP y atendido por unidades médicas nuestras, luego que fuera herido en combate y abandonado por sus jefes tras los enfrentamientos sucedidos el pasado 20 de abril, en el sitio El Encanto, de Vista Hermosa (Meta).


La intensidad de la guerra hace que capturas y bajas en los dos bandos, sean una dura y cotidiana realidad que este gobierno busca esconder o minimizar cada que es golpeada la fuerza pública, en su inútil empeño por negar el conflicto armado colombiano. A esa mentira reiterada, el presidente agrega una profunda indolencia y desprecio por los militares y policías prisioneros de guerra y por sus familias, pues erige sus odios personales y sus maniobras electoreras, en obstáculos insalvables que impiden un canje con la insurgencia o cualquier avance en la construcción de caminos de entendimiento.


Es el mismo desprecio ciego y criminal que ha mantenido con los familiares de los civiles asesinados cobarde y sistemáticamente por los militares y cuyos cadáveres exhiben, sin vergüenza ni pudor, como guerrilleros abatidos en combate como parte de la escabrosa estrategia por perpetuarse en el poder, del show presidencial y de la gran mentira oficial sobre la realidad, dimensión, calidad y esencia del conflicto colombiano.


Para hacer más evidente nuestra voluntad de lograr un acuerdo y como reconocimiento al esfuerzo humanitario de Colombianos y Colombianas por la Paz, hemos liberado unilateralmente, sin ninguna contraprestación, a varios de los retenidos. Y como es de público conocimiento la conducta del gobierno ante esta actitud de la guerrilla, ha sido la de sabotear o la de atacar las unidades nuestras encargadas de la entrega de los prisioneros. La soberbia oficial pretende aplastar al sentimiento humanitario.


Como es de público conocimiento, hemos decidido liberar sin contraprestación de ninguna índole al cabo Pablo Emilio Moncayo, reiterando de esta manera nuestra voluntad de avanzar en el canje y así lo anunciamos el pasado 16 de abril. Para evitar las acostumbradas provocaciones oficiales y considerando la sensatez y seriedad que han demostrado en este tipo de gestiones le hemos solicitado a Colombianos y colombianas por la Paz en cabeza de la senadora Piedad Córdoba, que ellos y el señor Gustavo Moncayo, se hagan presentes y reciban al cabo personalmente, como garantía del éxito en la liberación.


Señor Luís Alberto: no es nuestra política retener soldados, agentes de policía o infantes de marina y agregarlos a la propuesta de canje pues en ese sentido solo consideramos a quienes ejercen funciones de mando. Pero, por los imponderables de la guerra su hijo está prisionero en nuestros campamentos. Queremos liberarlo garantizando que en el camino a su libertad no tenga dificultades ni se le presenten situaciones que luego tengamos que lamentar. Por eso le estamos solicitando a Colombianas y Colombianos por la paz y a la senadora Córdoba que lo reciban en la misma oportunidad en que vengan a recibir al cabo Moncayo. No nos oponemos si el gobierno nacional considera que el CICR y la Conferencia Episcopal también estén presentes, pero la entrega se hará personalmente a los compatriotas mencionados.


La gran mentira de Uribe es que está terminando el conflicto, falsedad que desmiente él mismo al proponer un mayor presupuesto para los gastos militares y un aumento del impuesto de guerra.


Lo que ha logrado efectivamente este gobierno es aumentar las seguridades y privilegios de los ricos, mientras que quienes poco o nada tienen sufren más por la falta de empleo, salud, vivienda, educación, bienestar, seguridad y democracia real.


Por el contrario, lo que sí le ha aumentado al pueblo, es la cantidad de muertos que pone en esta guerra fratricida, porque mientras la sangre de los pobres, de uno y otro bando, empapa diariamente el suelo y los surcos de la patria como consecuencia del conflicto, los Álvaro Uribe, Sarmiento Angulo, Santo domingo, Santos Calderón, etc. y los hijos de todos ellos, gozan de sus inimaginables privilegios y de su criminal cobardía de azuzar la guerra sin ir nunca al campo de batalla a defender sus bolsillos e ideas con su propio pellejo, porque para eso utilizan a los pobres.
Pero por supuesto que no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista!


De usted, atentamente,

Secretariado del Estado Mayor Central FARC-EP

Junio 28, 2009